ENRIQUE ARISTEGUIETA GRAMCKO, EL ÚLTIMO SOBREVIVIENTE DE
LA JUNTA PATRIÓTICA DE VENEZUELA (1957 – 1958)
La reintroducción de la educación religiosa en
Venezuela, por obra de la política de puertas abiertas a la misma puesta en
práctica por la dictadura de Juan Vicente Gómez a partir de la década de 1910,
hizo posible la fundación de colegios de educación privada que, de manera
indirecta, contribuirán a la larga a la difusión en el país de la doctrina
política de tendencia social-cristiana.
Fue ese el caso principal de los que estarían a cargo
de las órdenes religiosas denominadas Salesiana, de Hermanos de las Escuelas
Cristianas o de La Salle y Jesuitas.
De esa manera se hizo posible que Enrique Aristeguieta
Gramcko, nacido en Puerto Cabello el 7 de mayo de 1933, pudiera cursar
educación primaria en el instituto allí fundado en 1925 y, mudado a Caracas, la
secundaria, en el colegio de la misma congregación religiosa (La Salle) instalado en la
capital de la República.
El triunfo en el país de la llamada Revolución de
Octubre de 1945 y el subsiguiente violento reemplazo del Presidente de la
República general Isaías Medina Angarita por una Junta de Gobierno
cívico-militar, a cuya cabeza figuraba el líder del partido Acción Democrática
Rómulo Betancourt, implicó un vuelco en cuya virtud Venezuela conoció
importantes cambios -el más importante de ellos, la instauración en lo político
del voto universal, directo y secreto-. Y en el campo educativo, la
promulgación el 21 de mayo de 1946, de un decreto que echaba las bases para el
intento de instauración en el país, por la época, del llamado Estado docente,
caracterizado por un decisivo control de la instrucción por
parte del poder público.
La oposición despertada por dicha iniciativa en el
seno del sector religioso de la educación privada catapultará la aparición de
una fuerza política de tendencia social-cristiana denominada C.O.P.E.I., a la
cual se adhiere un importante sector de
jóvenes alumnos del sector católico de la educación, y fue en esa circunstancia cuando Enrique
Aristeguieta Gramcko, con apenas 13 años de edad, experimentará su primer
contacto con la política, al participar en las manifestaciones de calle
organizadas contra el aludido decreto 321, y llegar a formar parte de las
barras que, en el Congreso Nacional, animaban los debates destinados a discutir
la nueva legislación del gobierno revolucionario y, en particular, la
concerniente a la educación.
El llamado “trienio revolucionario”, encabezado por
Betancourt, fue sustituido, sin embargo, el 24 de noviembre de 1948 por un
triunvirato exclusivamente militar integrado por los tenientes coroneles Carlos
Delgado Chalbaud, como Presidente, Marcos Pérez Jiménez y Luis Felipe Llovera
Páez, al que tocó derogar algunas de las iniciativas legislativas del “trienio”:
para comenzar, las relativas a la educación.
Entre 1948 y 1957, al tiempo que Enrique Aristeguieta
terminaba su bachillerato e ingresaba en la universidad, se escalonan el
asesinato de Delgado Chalbaud, el 24 de noviembre de 1950, la sustitución por
un nuevo triunvirato de gobierno presidido esta vez por un civil,
el abogado Germán Suárez Flamerich (1950 – 1952) y las elecciones
fraudulentas para diputados a la Asamblea Nacional Constituyente del 30 de
noviembre de 1952, terminadas por la imposición de Pérez Jiménez como
Presidente de Venezuela para el período 1953 - 1957. Un denominado Nuevo Ideal
Nacional proclamado como leitmotiv de
acción, hará de las obras públicas el punto fuerte de gestión
gubernamental, y la represión de toda
expresión partidista disidente una práctica permanente.
En esas condiciones, el vencimiento en 1957 del período
presidencial estipulado por la Constitución de 1953 y la negativa del gobierno
a celebrar unas elecciones democráticas
y suplantarlas por un plebiscito en el cual se votaría por la
continuación o no de Pérez Jiménez en el poder, condujeron a cuatro militantes
de los partidos políticos adversarios del poder, privados del derecho a toda
forma de actividad, a organizar, a mediados de 1957 una Junta Patriótica
clandestina opositora, compuesta por
representantes de los partidos Unión Republicana Democrática, Acción
Democrática, Partido Social-Cristiano COPEI y Partido Comunista de Venezuela.
Al entonces estudiante universitario de derecho
Enrique Aristeguieta Gramcko tocó ser en ella el representante por COPEI y, en
tal condición, participar en la organización de la huelga universitaria
caraqueña del 14 de noviembre de 1957 y en
la promoción de diversas actividades de protesta contra la dictadura que
se prolongarán hasta comienzos del siguiente año.
Aunque una rebelión militar contra la dictadura de Pérez Jiménez ejecutada el 1º de enero de
1958 no tuvo éxito, sí lo tuvo la
agitación callejera azuzada por Enrique Aristeguieta y el resto de los miembros
de la Junta Patriótica en los días subsiguientes, de modo que el 23 de enero de
1958, una nueva sublevación militar,
esta vez con apoyo popular, desembocó en
el derrocamiento de la dictadura y su sustitución por una junta militar –
civil de gobierno, que hizo posible el regreso de los exilados y el
restablecimiento de la actividad de los partidos políticos de oposición y de
los sindicatos obreros.
Los días que siguieron al 23 de enero de 1958
entrañaron para Venezuela la contemplación de una afiebrada actividad
política, en la cual el papel
representado por la Junta Patriótica fue notable en lo atinente a la prédica de
la unidad entre los diversos cuerpos políticos y sociales del país, para
empezar los partidos políticos, que desembocaría en la gestación de los acuerdos conocidos
como el Pacto de Puntofijo del 31 de octubre de 1958 y la Declaración de Principios y Programa
Mínimo de Gobierno de los Candidatos Presidenciales, firmada el 6 de diciembre
del mismo año.
Ese mismo año, Aristeguieta -sin dejar de ser miembro de la Junta Patriótica, que sobrevivirá hasta 1959- obtendrá el
título universitario de abogado y luego el de diputado en las elecciones
presidenciales y parlamentarias del 7 de diciembre de 1958, que dieron el
triunfo a Rómulo Betancourt, candidato de A.D. por sobre Jóvito Villalba, que
lo era de U.R.D., y Rafael Caldera, del C.O.P.E.I.
El quinquenio presidencial a cuya cabeza figuró
Betancourt contempló el ejercicio del poder por un gobierno de coalición
partidista ya preanunciado en el Pacto de Puntofijo, y durante el cual
Aristeguieta Gramcko desempeñó sucesivamente cargos como representante
diplomático en Roma, bajo cuya responsabilidad corrió lo relativo a la inmigración italiana a
Venezuela, Secretario del Senado,
Secretario de Gobierno del Estado Nueva Esparta y diputado al Congreso
Nacional. Vale la pena señalar que Aristeguieta, con anterioridad a lo
últimamente escrito, había cumplido un cierto papel en el aplastamiento de la
sublevación armada de inspiración castrista llevada a cabo en la base naval de
Puerto Cabello, en junio de 1962, protagonizada por militantes de los Partidos
Comunista y Movimiento de Izquierda Revolucionaria.
Bajo el gobierno de Raúl Leoni (1964 – 1969),
Aristeguieta ejerció como abogado hasta pasar a formar parte de la Comisión
Investigadora contra el Enriquecimiento Ilícito (CIEI), cargo que prosiguió
desempeñando durante el período presidencial de Rafael Caldera cumplido durante
el quinquenio 1969 - 1974 y participa como alumno en el segundo curso del
recientemente fundado Instituto de Altos Estudios de la Defensa Nacional (IAEDEN), para
el cual redacta un trabajo relativo al federalismo en Venezuela.
Durante el subsiguiente gobierno de Carlos Andrés
Pérez (1974 - 1978), mientras hacía estudios de postgrado en la Universidad
Complutense de Madrid (España) y luego de doctorado en Derecho en la
Universidad de Carabobo (Venezuela), se desempeñó como diplomático en Londres.
Posteriormente, durante el gobierno de Luis Herrera Campíns
(1979 – 1984) actuó, primero, como Vice-Ministro de Relaciones Interiores y
después, como embajador itinerante para el Caribe. Tocó, además a Aristeguieta,
durante este período, participar, como representante por el gobierno de
Venezuela, en las negociaciones de paz
en Centroamérica que tuvieron como
escenario la isla panameña de Contadora.
Entre 1984 y 1989, siendo Presidente el doctor Jaime
Lusinchi, actuó Aristeguieta como Director de Registro del Consejo Supremo
Electoral, cargo prolongado bajo el segundo período de gobierno (1989 - 1993)
de Carlos Andrés Pérez, cuando a lo dicho se añade que -como parte de la
política proseguida por el nombrado Presidente- contribuyó al éxito del proceso de transición democrática de
Nicaragua, allí desembocado en unas
elecciones reconocidamente libres.
Luego de años de servicio público pasó a retiro durante
el segundo período del Presidente Caldera (1994-1999), pero siguió activo en la
política a través del partido C.O.P.E.I., Twitter, y O.D.C.A.
El cambio de gobierno escenificado en nuestro país a
raíz de las elecciones de 1998, que elevó a la Presidencia de la República al
Teniente Coronel Hugo Chávez Frías, colocó a Aristeguieta en una línea de
vigorosa oposición al mismo, prolongada cuando, muerto Chávez, fue sucedido
provisionalmente en el año 2013 por Nicolás Maduro, quien, a su turno, fue
ratificado en dicho cargo por unas controvertidas elecciones nacionales de
cuestionada limpieza celebradas al año siguiente. Mientras tanto,
Aristeguieta probó fundar, con poco éxito, un efímero movimiento político de
oposición, denominado la Gran Alianza Nacional con Venezuela (GANA).
Expresiones de Aristeguieta que ponían en entredicho
la condición legal venezolana del Presidente Maduro, condujeron a la larga a
que, en la madrugada del 2 de febrero de
2018, su hogar personal en Caracas sufriera un asalto por parte
del llamado Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN), y
consiguiente reclusión, a los 84 años de edad, en la infamada cárcel caraqueña
llamada del Helicoide, acusado de
incitación a la violencia a través de las redes sociales ¡y por haber
contribuido a realizar la huelga general de enero de 1958 contra Pérez Jiménez!
Tales incriminaciones habrían sido puestas de lado a
raíz de alegadas “órdenes superiores”, cuando en realidad habrían estado de por
medio el vigoroso apoyo general manifestado en la ocasión por buena parte de la
opinión pública nacional e internacional.
Quedaría por decir que, desde 2023 hasta hoy, Enrique
Aristeguieta Gramcko reside, en una renuente condición de autoexilado, en los
Estados Unidos.

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