Una vieja aspiración venezolana, la Ley de Reforma
Agraria fue promulgada en el Campo de Carabobo el día 5 de marzo de 1960. El
presidente de la República, Rómulo Betancourt, y el ministro de Agricultura y
Cría, Víctor Giménez Landínez, cumplieron con las formalidades constitucionales
después de sancionado el instrumento legal, formalizando así el compromiso
adquirido por COPEI, Acción Democrática y URD a través del Pacto de Puntofijo.
Por ello, la presencia en el acto de Jóvito Villalba y
Rafael Caldera -quien además era el presidente
de la Cámara de Diputados y vicepresidente del Congreso Nacional-. Naturalmente,
también asistió Raúl Leoni, presidente del Senado y, por supuesto, del
Congreso.
Fue inmenso el aporte de los socialcristianos para
materializar una ley tan esperada, siendo Giménez Landínez uno de los tres
representantes de COPEI en el gabinete ejecutivo. Del compromiso histórico de
los socialcristianos queda constancia con el discurso de Rafael Caldera en un
acto tan significativo y que puede consultarse en:
Un insigne agrarista socialcristiano, como Román Duque
Corredor, en su “Derecho agrario (Estudios seleccionados)” /Ediciones
Magón, Caracas, 1978), sintetiza muy bien los aspectos sociológicos y
económicos que condujeron a una impecable legislación, como la de 1960. Lo que
había conocido Venezuela hasta ese momento era una altísima concentración de la
propiedad agraria con una deficiente producción que se había hecho tradición.
Hubo la Ley Agraria, dictada el 13 de septiembre de 1945, derogada por otra el
18 de octubre de 1948: la primera contempló la expropiación con el pago previo
de la indemnización y, la segunda permitió la postergación de la referida indemnización.
El 29 de junio de 1949 fue dictado un Estatuto Agrario que derivó en la
creación del Instituto Agrario Nacional. Ya para 1958, el 26 de septiembre la
Junta de Gobierno creó la Comisión de Reforma Agraria de cuya subcomisión legal
formó parte Giménez Landínez, hasta culminar en un anteproyecto que fue objeto
de la más amplia discusión.
La gráfica, tomada de un periódico de la época, nos
permite distinguir a Rafael Caldera dirigiéndose a la vasta audiencia que se
dio cita en el Campo de Carabobo, y a Rómulo Betancourt, Raúl Leoni y Víctor Giménez Landínez, entre otros, en
el presidium.
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